«Así como las nubes son la fuente principal de la lluvia, así el control de tus propios pensamientos es la fuente de la prosperidad duradera. Tú eres tu propio amigo o tu propio enemigo. Si no te salvas a ti mismo con pensamientos amables, no hay otro remedio». ─ Swami Sivananda.
Prosperidad es la realización de un estado pleno de conciencia en el que te reconoces como el Ser luminoso y en unión con Lo Infinito que eres en realidad.
Sin embargo, lo más común es mirar hacia afuera, al mundo de lo visible, en busca de evidencias con las que medir el grado en el que estamos prosperando.
De esta manera, equiparamos prosperidad con tener, y no con lo que realmente es: un estado del Ser.
Prosperidad es tener la certeza de que la fuente de tu abundancia se encuentra en lo interno, y que la forma en la que te llegan las cosas externamente son sólo los canales.
Jamás existió algo tan sencillo de comprender...y tan complicado de aceptar al mismo tiempo.
No necesitas aprender nada más. El secreto de una vida rebosante se encuentra en estas tres palabras: todo es mente.
Imagina tu vida como un iceberg.
La porción visible serían tus experiencias, o lo que es lo mismo, tus pensamientos solidificados.
Y la parte más grande, la que queda debajo del agua, representa tus pensamientos, creencias y emociones.
¿Crees que es posible desplazar la punta del iceberg sin mover el resto?
¡Imposible!
¡Imposible!
Por eso, cualquier esfuerzo que realices por cambiar algo en tu vida sin haber sembrado antes en tu interior las semillas del éxito, está destinado a fracasar.
A continuación, comparto contigo 12 cambios que puedes aplicar en tu mundo interno para comenzar a transformar tus asuntos desde este mismo instante.
Aunque los he presentado en una secuencia de 12 días, puedes dedicarles más tiempo a cada uno si te apetece.
Hazlos en el orden que prefieras, deja hablar a tu corazón...
Aunque los he presentado en una secuencia de 12 días, puedes dedicarles más tiempo a cada uno si te apetece.
Hazlos en el orden que prefieras, deja hablar a tu corazón...
...pero, ¡hazlos!
«Me amo profundamente. Abro mi mente a la prosperidad y acepto que sólo el bien ocurre en mi vida».
¿Qué haces cuando esperas invitados en casa? Seguramente cuidas hasta el último detalle para que se sientan bien recibidos.
Cuando abres tu mente a la prosperidad, le expresas al Universo tu intención de que estás dispuesto o dispuesta a preparar el terreno para empezar a recibir.
«Cuando mi alma fue creada, todo le fue dado. No puedo carecer de nada; cualquier presencia de escasez en mi vida es tan sólo una ilusión de mis sentidos».
Tú tienes el control sobre lo que decides creer en cada momento.
Cada creencia impresa en tu subconsciente se cristaliza en tu mundo como experiencia. Borra la escasez de tu mundo interno y ésta desaparecerá de tu vida.
«Estoy decidida a perdonar. Suelto todo lo viejo para que la luz pueda abrirse paso en mi interior».
Sin perdón es imposible prosperar.
El rencor y el resentimiento son como muebles viejos de los que tienes que deshacerte para que lo nuevo encuentre su sitio.
«Soy un canal de lo divino aquí en la tierra. Mi poder interior todo lo puede».
Mientras no reconozcas que eres una prolongación de la Divinidad, no despertarás tus poderes internos.
Declara tu unidad con la Fuente de todo y no encontrarás obstáculo que te supere.
«Bendigo el bien oculto en cada situación y permito que los cambios sucedan. Confío».
A veces puede parecer que las cosas empeoran cuando empiezas un trabajo en tu conciencia.
Todo forma parte del cambio, de la transformación. Sigue avanzando. El Bien se oculta detrás de cada experiencia.
«Me abro a la totalidad de las posibilidades. El Universo posee infinitos canales para manifestar el bien en mi vida».
Al pensar que todo existe como una posibilidad en los planos invisibles, preparas el camino para que cualquier cosa pueda manifestarse.
El Universo encontrará las vías para que tu visión se materialice.
«Desde el núcleo de mi Ser, donde todo es perfecto siempre, irradio amor hacia todo lo que me rodea. El amor me envuelve y me atraviesa: ¡Yo soy amor en acción!».
El amor es la fuerza magnética de lo bueno. El miedo es la fuerza atrayente de lo malo.
Sé amor y sólo experiencias positivas vendrán.
«Cada relación es una oportunidad única para conocerme. Las luces y sombras que veo en los demás son las mías propias. Lo acepto».
El Universo te ama y por eso te da las herramientas para que puedes corregirte y superarte a ti mismo: los demás.
Todo el mundo llega a tu vida para iluminarte. Bendice tanto a tus amigos como a los que crees que están en tu contra.
«Mis recursos son ilimitados. Cuanto más doy, más recibo de la vida. Confío en la provisión infinita del Banco Universal».
Tu generosidad es una prueba de tu confianza, de tu fe.
Cuando das, le envías un mensaje muy claro al Universo: «tengo de sobra». Lo que crees, creas.
«Gracias, gracias, gracias...»
Se trata de una cuestión matemática: las quejas restan y dividen; la gratitud suma y multiplica.
¿Cuál de las dos opciones prefieres?
Tú decides...
«Soy el único responsable de todas mis experiencias. Sólo tengo pensamientos extraordinarios para crear una vida extraordinaria».
Creer que eres una víctima no cambia la realidad de que eres responsable de tus experiencias.
Escapa del autoengaño y comienza a hacerte cargo.
«Mi conciencia se ocupa de los detalles. Mi bien ya está en camino. Permito que la Inteligencia Cósmica haga su trabajo».
Siempre queremos que las cosas ocurran como creemos que deben suceder.
El desapego por los resultados le ofrece mayor margen de operación a la Inteligencia Cósmica.
Relájate y verás tus sueños manifestarse a gran velocidad.
¡A practicar!
¿Qué te parece? ¿Crees que eres capaz de alcanzar una conciencia de prosperidad gracias a estos doce pasos?
Yo confío en que lo vas a lograr.
Y si deseas un cambio más profundo, pongo a tu disposición Espiritual. Trae a tu vida tu Cielo Interior, donde comparto contigo el método que yo aplico en mi propia vida para alcanzar el estado de conciencia próspero que se manifestará en tu experiencia.
- 19 ene 2016
- 4 Comments